Quiénes somos

Desde el inicio de su Gobierno, el presidente Guillermo Lasso Mendoza determinó que una de las principales metas era reducir, en cuatro años, seis puntos porcentuales la Desnutrición Crónica Infantil (DCI).

Dadas las cifras de DCI en Ecuador, la inversión en los campos social y económico eran urgentes para proveer de los cuidados en salud, nutrición, educación y protección a las madres y a sus hijos de hasta dos años, así como garantizar el acceso a servicios básicos como el agua potable. Esos cuidados están estrechamente relacionados con el desarrollo de las capacidades cognitivas, psicológicas, emocionales y sociales durante los primeros años de infancia.

Las cifras ratificaban esta visión de gobierno que pronto se convertiría en un asunto de Estado

En Ecuador, el 25% de la niñez padecía de Desnutrición Crónica Infantil, lo que significaba que las niñas y niños empezaban su vida con enormes desventajas frente a los niños que recibieron cuidados adecuados desde que estaban en el vientre de su madre.

En los años previos al Gobierno del presidente Lasso, las cifras de DCI en menores de 2 años no mostraban mejora, independientemente del estrato socioeconómico de las familias. Ecuador ocupaba el segundo lugar en América Latina y el Caribe con el nivel más alto de DCI.

20.000 niños y niñas sin DCI

Ante el complejo escenario, el reto era construir una política pública que contara con una estrategia para su implementación articulada y que permita la inversión de los recursos públicos de manera eficiente. De ahí nació la Secretaría Técnica Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil cuyo rol clave sería la coordinación y articulación de 13 instituciones del Gobierno Central y 221 descentralizados (GAD), para garantizar que las mujeres embarazadas, así como las niñas y los niños menores de dos años de edad, recibieran la atención en salud y los servicios sociales necesarios para prevenir este grave padecimiento.

Los resultados que reveló la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil (ENDI 2022 – 2023), demostraron que el gobierno de Guillermo Lasso Mendoza aportó en la reducción de 3,5 puntos porcentuales en la prevalencia de DCI. Esto significa que más de 20.000 niños y niñas menores de dos años quedaron a salvo de sufrir esta grave condición que ponía en riesgo su desarrollo.

Misión

Aportar conocimientos, estrategias y acciones que potencien las capacidades del Estado, la sociedad civil, la academia, la cooperación internacional y el sector privado, de manera individual o en conjunto con el objetivo de reducir los indicadores de la desnutrición crónica infantil.

Promover las iniciativas de prevención y reducción de la desnutrición crónica infantil dentro y fuera del país.

Incidir en los gobiernos nacionales y locales para el desarrollo y sostenimiento de estrategias y políticas públicas efectivas contra la desnutrición crónica infantil.

Visión

«Ser líderes en el combate a la Desnutrición Crónica Infantil, aportando a la construcción de un mundo donde cada niño tenga acceso a una vida con más oportunidades para que crezca saludablemente, sin limitaciones por su condición socioeconómica»

Principios

Compromiso: Estamos comprometidos con la causa de reducir la Desnutrición Crónica Infantil, dedicando recursos, tiempo y esfuerzo para lograr resultados significativos.
Empatía: Demostramos empatía hacia las familias y comunidades afectadas por la desnutrición, comprendiendo sus necesidades y trabajando para proporcionar soluciones efectivas.
Colaboración: Fomentamos la colaboración con otros actores, incluyendo gobiernos, organizaciones no gubernamentales, empresas y comunidades locales, para maximizar el impacto de los esfuerzos en esta lucha.
Innovación: Buscamos constantemente nuevas y mejores formas de abordar el problema de la Desnutrición Crónica Infantil, mediante la investigación, el desarrollo de programas y la implementación de tecnologías innovadoras.
Transparencia: Mantenemos altos estándares de transparencia en todas las actividades y operaciones de la fundación, garantizando que los donantes, socios y beneficiarios puedan confiar en la integridad y eficacia de su trabajo.
Equidad: Promovemos la equidad y la inclusión en todas las iniciativas y programas, asegurando que todos los niños tengan igualdad de acceso a una alimentación adecuada y a servicios de salud y nutrición de calidad.
Sostenibilidad: Trabajamos con enfoques sostenibles a largo plazo en la lucha contra la desnutrición infantil, para fortalecer las capacidades locales y crear soluciones de largo alcance.
Intersectorialidad: Promovemos un enfoque interdisciplinario que aborde de manera integral los determinantes, riesgos e intervenciones desde la salud, educación, ambiente, agua potable, bienestar social, desarrollo infantil, economía, vivienda y alimentación.